viernes, 10 de octubre de 2014

Libertad y Seguridad

La Política Demócrata Cristiana para Alemania en el siglo XXI
Tomado del  Programa de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU).
 Libertad y Seguridad. Konrad Adenauer Stiftung.



Nosotros, los demócratas cristianos, conscientes de nuestra responsabilidad ante Dios y los hombres hacemos profesión, por medio de este programa de principios, de nuestros valores y objetivos, y con él damos respuesta a los desafíos de nuestro tiempo.
La CDU (Unión Cristiano-Demócrata) es el partido popular de centro. En él siguen vivas las corrientes políticas que le dieron origen cuando formó después de 1945: la socialcristiana, la liberal y la conservadora en cuestión de valores. Nos orientamos de acuerdo a la imagen cristiana del ser humano y su dignidad intangible, y, con esa base, hacia los valores fundamentales: libertad,  solidaridad y justicia. Perseguimos una correcta interrelación entre los valores fundamentales.
En un mundo cambiante nuestra misión sigue siendo concebir a los valores y a la realidad en concordancia, y actuar en consecuencia. Reconocer la falibilidad del ser humano nos protege del peligro de ideologizar la política, y nos revela cuáles son los límites de ésta.
La Unión ha encauzado las posturas decisivas de la República Federal de Alemania en su historia. Hoy enfrentamos con la misma determinación los desafíos del siglo XXI.
Después de 1949, con las decisiones que marcaron de manera fundamental su orientación, como la economía social de mercado, la vinculación de occidente y la unificación europea, la CDU sentó las bases para un desarrollo en libertad, justo y dinámico de nuestro país.
La CDU perseveró ante las resistencias a la reunificación de Alemania. Cuando se dio la oportunidad, después de amargos decenios de división, se logró concluir en paz y libertad, la unión de nuestra patria bajo el liderazgo de la CDU. Alemania puede sentirse orgullosa de lo que ha conseguido. La CDU ha participado de manera crucial en esta historia de éxito.
Por primera vez en la historia, Alemania está rodeada exclusivamente de amigos y socios. A ello han contribuido de manera esencial nuestros amigos en América y Europa.
Nunca antes el sueño de los fundadores de Europa fue tan palpable y cercano: una Europa unida en paz y libertad, económicamente fuerte, social y dispuesta a asumir más responsabilidad en el mundo. La confianza y la fiabilidad son nuestra guía para la unificación y el desarrollo ulteriores de nuestro continente.
Este orden económico y social de libertad con responsabilidad es nuestro modelo para una política de ordenamiento internacional. La globalización exige una nueva dimensión de la economía  social de mercado,  y ofrece la oportunidad de establecer estándares sociales y ecológicos a nivel global.
Ante los desafíos del siglo XXI se necesita concebir la seguridad de una forma nueva: en un mundo donde siempre se ciernen nuevas amenazas, esta concepción abarca por igual la seguridad interior y la exterior. Pero también abarca la seguridad social en el contexto de una economía globalizada y de transformaciones demográficas, así como en lo referente a la cohesión en nuestra sociedad y la seguridad de poder vivir, también en el futuro, en un medio ambiente digno para la vida, que cada generación preserve para la que sigue.
Queremos impulsar a Alemania fortaleciendo los valores  y virtudes cívicas que hicieron exitoso a nuestro país.
Nuestro ideal para Alemania es que sea una sociedad de oportunidades, donde los ciudadanos vivan libres y seguros. Ella representa el respeto al desempeño y al éxito. Y pretendemos su arraigo en el centro social, para que disfruten de sus beneficios también  quienes hasta ahora han estado excluidos. Las claves para obtener mejores oportunidades en el mercado de trabajo se encuentran sobre todo en oportunidades de formación iguales y en continuar aprendiendo durante toda la vida.
Nuestras convicciones éticas y nuestra rica experiencia nos dan la fuerza y la sensatez política para conformar a la República Federal de Alemania en el espíritu de la libertad, de la justicia, de la seguridad y como oportunidad para todas las personas. Con este fundamento actuamos en común con las y los ciudadanos en nuestro país a favor de un buen futuro.

I.                    DEMÓCRATAS CRISTIANOS
1.       QUIÉNES SOMOS-IMAGEN DEL HOMBRE Y VALORES FUNDAMENTALES DE LA CDU

El partido popular de centro

1.       La Unión Cristiano-Demócrata de Alemania es el partido popular de centro. Se dirige a todas las personas de todos los estratos y grupos sociales en nuestro país. Nuestra política se basa en la comprensión cristiana del hombre y su responsabilidad ante Dios.

2.       La comprensión cristiana del hombre nos proporciona el fundamento ético para una política responsable. Sin embargo, estamos conscientes de que de la fe cristiana no se deriva ningún programa político determinado. La CDU está abierta a toda persona que reconozca la dignidad, la libertad, y la igualdad de todos los seres humanos, y que afirme las convicciones básicas que de ello se desprenden. Sobre este fundamento se erige nuestra actuación colectiva en la CDU.


3.       La CDU fue fundada por ciudadanos y ciudadanas que, después del fracaso de la república de Weimar, de los crímenes del nacionalsocialismo y ante la pretensión de dominio comunista después de 1945, querían construir el futuro de Alemania con un partido popular de carácter cristiano. A él se sumaron cristianos católicos  y evangélicos, mujeres y hombres de todas las regiones y estratos sociales. La CDU tiene raíces conservadoras, liberales y socialcristianas. Con base en las convicciones de valores que compartimos, miembros de la CDU participaron activamente en el Consejo Parlamentario para elaborar la Constitución, y por decenios determinaron las decisiones políticas fundamentales en la parte libre  de Alemania. Por ejemplo, la economía social de mercado, todas las leyes sociales importantes, la integración de la República Federal de Alemania a la comunidad occidental de valores y de defensa, y la unificación de Alemania y de Europa. En la parte de Alemania bajo ocupación soviética, esto le fue impedido a la CDU.

4.       Los fundamentos intelectuales y políticos de la CDU se encuentran en la ética social de las iglesias cristianas, en la tradición liberal de la Ilustración, en el cuidado de las obligaciones  apegado a los valores, y en el comportamiento de que el Estado no debe ser todopoderoso; asimismo, en la oposición por motivos cristianos y patrióticos al nacionalsocialismo. A la identidad de la CDU pertenecen también la revolución pacífica de 1989, que venció a la dictadura comunista de la RDA, y la reunificación de nuestra patria. Los logros y las experiencias de las ciudadanas y los ciudadanos  de los nuevos estados federados enriquecen a nuestra comunidad, y enriquecen a la CDU. La Unión Cristiano-Demócrata de Alemania es el partido de la unidad alemana.

La imagen cristiana del hombre

5.       Para nosotros, el hombre es creado por Dios a su imagen y semejanza. De manera consecuente con la imagen cristiana del hombre, hacemos profesión de su dignidad inviolable. Todos los seres humanos tienen la misma dignidad, independientemente de su sexo, color de piel, nacionalidad, edad, convicción religiosa y política, discapacidad, salud y capacidad de rendimiento, de sus éxitos o  fracasos y del juicio de otros. Respetamos a cada ser humano como persona única e indispensable en todas las fases de la vida. La dignidad del hombre –también del no nacido y del moribundo- es inviolable.

6.       De la dignidad del hombre se origina su derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad, y al mismo tiempo la responsabilidad ante el prójimo. El hombre posee la libertad de decidir moralmente. Según la comprensión cristiana, el hombre tiene responsabilidad ante Dios y ante su propia conciencia, y está vinculado en comunidad con sus semejantes.


7.       Cada persona está expuesta al error y la culpa. Por ello se han puesto límites a la capacidad planificadora y edificadora de la política. Este enfoque nos protege de doctrinas ideológicas redencionistas y de una concepción totalitaria de la política. Asimismo, genera disposición para la reconciliación.

8.        Concebimos al hombre como parte de la Creación. No le corresponde disponer a su antojo de la naturaleza, que nos ha encomendado para configurarla y preservarla. Somos responsables de cómo habremos de transmitirla a las generaciones por venir.


9.       En esta imagen del hombre se basan los fundamentos de los Estados de derecho y constitucionales democráticos. Esto se aplica también para quienes no derivan de la fe cristiana la dignidad, la igualdad y la libertad del hombre.

            Nuestros valores fundamentales son: libertad, solidaridad y justicia

10.   Nuestra comunidad vive de acuerdo con fundamentos espirituales que ni son evidentes ni están garantizados para siempre. Es obligación especial que la CDU ha asumido por iniciativa propia la de preservar y fortalecer las bases de los valores que caracterizan al cristianismo de nuestra democracia liberal. Estos constituyen la medida y la orientación de nuestro actuar político. De ellos se derivan nuestros valores fundamentales: libertad, solidaridad y justicia. Estos valores se necesitan, se delimitan y se complementan mutuamente, y tienen el mismo rango. Configurar su peso específico y su interrelación de manera conveniente es nuestra tarea y asunto medular en el debate político. Los valores fundamentales son, al igual que los derechos humanos, indivisibles; tiene la misma validez universal y se aplican más allá de nuestras fronteras nacionales.

Libertad

11.   El hombre fue creado libre. Como ser moral debe decir y actuar de manera razonable y responsable. Incluso un sistema totalitario es incapaz de privarle de su libertad interior. La libertad del otro condiciona y limita la libertad propia. Quien reclama la libertad para sí mismo tiene que reconocer la libertad de su semejante. La libertad es siempre libertad con responsabilidad. Corresponde a la política garantizar a los hombres el espacio de libertad necesario y obligarlos a cumplir con la sociedad.

12.   El hombre se desenvuelve en la comunidad. Quien se desliga de sus obligaciones ante su prójimo no libera su vida, sino que la hace mezquina y solitaria. Así como existen dependencias que rebajan a las personas, también hay vínculos necesarios para que la libertad se desarrolle.


13.   El derecho garantiza la libertad al proteger la dignidad humana. Norma la convivencia ordenada y pacífica de los hombres. Son admisibles las restricciones a la libertad siempre y cuando sean precisas para salvaguardar la libertad. La realización de la libertad requiere de justicia social. Las condiciones bajo las cuales vive el hombre no deben obstaculizar la libertad. Toda persona debe tener la oportunidad de determinar por sí misma su vida. Los logros y la propiedad deben ser respetados y protegidos. Los fundamentos materiales de la libertad deben estar garantizados.

14.   La libertad hace posible la construcción de la vida asumiendo la responsabilidad propia, y necesita que así sea. Por lo tanto la vida social debe ordenarse según el principio de la subsidiaridad: aquello en lo que el ciudadano se desempeñe mejor, o simplemente bien, ya sea solo, en familia o en libre cooperación con otros, debe mantenerse como su cometido. El Estado y las entidades municipales deben asumir tareas únicamente si los ciudadanos en particular, o en su caso las comunidades más pequeñas, son incapaces de llevarlas a cabo. El principio de la subsidiaridad se aplica también en comunidades de mayor y menor tamaño, así como entre asociaciones libres e instituciones del estado. La subsidiaridad exige que las comunidades más grandes, incluso en la esfera estatal, entren  en acción cuando las necesidades socio-políticas rebasen la capacidad de los individuos o de las comunidades de menor tamaño.

15.   La libertad se realiza en la vida práctica a través de la auto-responsabilidad y de la co-responsabilidad. El ciudadano debe experimentar y vive en libertad en la familia, el vecindario, el mundo laboral y el tiempo libre, así como en su comunidad y en el Estado. Debe participar y compartir responsabilidades, elegir y decidir. No debe ser orillado a asumir el papel de tutelado, ni debe ser rebajado a mero receptor de prestaciones estatales. Un criterio  autónomo y la cooperación responsable lo protegen de la seducción por ideologías. Es nuestra pretensión fortalecer el espíritu  de responsabilidad y de bienestar común, de obligaciones y virtudes cívicas.

16.   El desempeño personal forma parte del libre desenvolvimiento de la persona. El hombre posee dignidad y derecho independientemente de lo que  lleve a cabo, pero experimentar la propia capacidad para desempeñarse  constituye una fuente importante de su fuerza vital. El rendimiento es un impulso indispensable. Por lo tanto, es preciso fomentar la voluntad de rendimiento personal y de iniciativa, trátese o no de conseguir ingresos. Sin desempeño personal ninguna sociedad es capaz de prosperar, ni de alcanzar ni conservar el bienestar.

17.   Parte de la libertad implica la disposición de comprometerse con ella y defenderla hacia afuera y hacia dentro. Hacemos profesión de una democracia y de una legalidad con capacidad de defenderse. Quien es libre tiene la obligación de comprometerse por la libertad de aquéllos a quienes se les escatima la libertad. La libertad no debe estar restringida a pocos pueblos o grupos sociales. Queremos la libertad para todos los seres humanos, y es para ello que ofrecemos nuestra contribución.

Solidaridad

18.   La solidaridad es un precepto del amor al prójimo, y corresponde a la condición social del hombre. El objetivo de posibilitar una vida digna para todos nos obliga a actuar solidariamente. La solidaridad debe aplicarse sobre todo con aquellas personas que aún no tienen la capacidad de generar para sí mismas las bases de una vida libre, con las que ya no la tienen, o con las que dejan de tenerla por un periodo prolongado.

19.   Toda persona tiene derecho a la solidaridad y obligaciones con respecto a ella, y contribuye con su trabajo y su desempeño a que la comunidad pueda interceder por el individuo. Nos declaramos partidarios de esta responsabilidad recíproca. Formas elementales de solidaridad son la ayuda  y el respaldo en la convivencia directa y personal; en la familia, entre amigos y vecinos y en comunidades de particulares. Sin embargo, en cualquier ámbito donde las fuerzas del individuo se vean rebasadas, la comunidad y el estado tiene la obligación de ayudar.


20.   La seguridad social descansa en el concepto fundamental de la solidaridad. De manera colectiva se protege de riesgos que el individuo solo no puede superar. No se dispensan limosnas ni una manutención gratuita, pero sí se posibilita una vida con garantías sociales. Quien ejerce la solidaridad está dispuesto a renunciar a algo. Quien confía en la solidaridad del Estado tiene también obligaciones ante el Estado. La seguridad social tiene un efecto pacificador y liberador. La solidaridad exige que no se abuse del sistema de garantías sociales.
21.   La solidaridad requiere de la subsidiaridad. la subsidiaridad requiere que se actúe con responsabilidad propia. El Estado debe posibilitarle y facilitarle al ciudadano este proceder. La solidaridad nos compromete ante las generaciones no lograremos ninguna justicia transgeneracional. Todas las decisiones políticas tienen que cumplir con esta responsabilidad. No debemos vivir a expensas de nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos. Tampoco podemos vivir a costa de nuestros semejantes en otras partes del mundo. Nos manifestamos en pro de una solidaridad mundial de la comunidad de las naciones. Sin ella será imposible superar la brecha entre pobres y ricos, lo mismo que preservar la Creación.

22.   La solidaridad nos compromete ante las generaciones futuras. Sin la solidaridad entre las generaciones no lograremos ninguna justicia transgeneracional. Todas las decisiones políticas tienen que cumplir con esta responsabilidad. No debemos vivir a expensas de nuestros hijos y nietos. Tampoco podemos vivir a costa de nuestros semejantes en otras partes del mundo. Trabajamos por una solidaridad mundial de la comunidad internacional. Sin esa ni se podrá superar la brecha entre pobres y ricos, ni preservar la creación.


Justicia
23.   El fundamento de la justicia es la igualdad de todos los hombres en su dignidad y libertad conferidos por Dios. La justicia vela por esta dignidad y libertad. La justicia exige igualmente lo igual y desigualmente lo desigual. En el Estado de derecho, justicia significa el mismo derecho para todos. El derecho protege de la arbitrariedad y del abuso de poder. Garantiza la libertad también para el más débil.

24.   La creación de oportunidades justas es el complemento necesario de la igualdad ante el derecho. Todas las personas deben tener las mismas oportunidades de desenvolverse con libertad y según corresponda a sus capacidades individuales. Abogamos para que todo ser humano pueda aprovechar sus oportunidades en la vida de una manera libre y responsable. Para ello, la sociedad de oportunidades plantea las condiciones y las posibilidades. Esta se desarrolla con base en una distribución lo más equitativa posible de las oportunidades de vida. Esto exige oportunidades iguales al inicio de los procesos formativos y al ingresar al mundo laboral. Lo que corresponde no es negar las diferencias en los talentos personales de los individuaos. Lo que pretendemos es abrir oportunidades iguales, no prometer los mismos resultados.


25.   La justicia exige una distribución adecuada de las cargas. Por tanto es justo que los más fuertes realicen una mayor contribución a nuestra comunidad, que los más débiles. Incluso al realizar nuestro máximo esfuerzo por lograr más justicia en nuestra sociedad, sabemos que justicia absoluta es inalcanzable. Nos sentimos especialmente obligados hacia los débiles y los socialmente desfavorecidos. Nadie debe perderse en el camino, a nadie debemos olvidar.

26.   Donde se menosprecia el derecho del hombre a una vida digna, donde se reprime la libertad de los individuos, de determinados grupos o de pueblos enteros, ahí imperan la violencia y la discordia. Abogamos por el respeto de los derechos humanos y cívicos, y por derrotar a la miseria social y económica. Con ello hacemos una contribución a la paz entre los pueblos y a favor de un mundo más justo.


2.       NUESTRA IMAGEN DE SOCIEDAD


27.   Los fundamentos espirituales de nuestra unión cristiano-demócrata nos capacitan para superar los desafíos del presente y del futuro. Justo en tiempos de transformación, la política puede sentar las bases necesarias para liberar las fuerzas en la sociedad y en el Estado que den respuestas a cuestiones apremiantes. Nuestra política para Alemania aspira a una sociedad que garantice libertad a cada persona y que vincule a todos bajo la conciencia de la pertenencia mutua y recíproca de todos.


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