La Política Demócrata
Cristiana para Alemania en el siglo XXI
Tomado
del Programa de la Unión Demócrata
Cristiana de Alemania (CDU).
Libertad y Seguridad. Konrad Adenauer
Stiftung.
Nosotros,
los demócratas cristianos, conscientes de nuestra responsabilidad ante Dios y
los hombres hacemos profesión, por medio de este programa de principios, de
nuestros valores y objetivos, y con él damos respuesta a los desafíos de
nuestro tiempo.
La CDU
(Unión Cristiano-Demócrata) es el partido popular de centro. En él siguen vivas
las corrientes políticas que le dieron origen cuando formó después de 1945: la
socialcristiana, la liberal y la conservadora en cuestión de valores. Nos
orientamos de acuerdo a la imagen cristiana del ser humano y su dignidad
intangible, y, con esa base, hacia los valores fundamentales: libertad, solidaridad y justicia. Perseguimos una
correcta interrelación entre los valores fundamentales.
En
un mundo cambiante nuestra misión sigue siendo concebir a los valores y a la
realidad en concordancia, y actuar en consecuencia. Reconocer la falibilidad
del ser humano nos protege del peligro de ideologizar la política, y nos revela
cuáles son los límites de ésta.
La
Unión ha encauzado las posturas decisivas de la República Federal de Alemania
en su historia. Hoy enfrentamos con la misma determinación los desafíos del
siglo XXI.
Después
de 1949, con las decisiones que marcaron de manera fundamental su orientación,
como la economía social de mercado, la vinculación de occidente y la
unificación europea, la CDU sentó las bases para un desarrollo en libertad,
justo y dinámico de nuestro país.
La
CDU perseveró ante las resistencias a la reunificación de Alemania. Cuando se
dio la oportunidad, después de amargos decenios de división, se logró concluir
en paz y libertad, la unión de nuestra patria bajo el liderazgo de la CDU.
Alemania puede sentirse orgullosa de lo que ha conseguido. La CDU ha
participado de manera crucial en esta historia de éxito.
Por
primera vez en la historia, Alemania está rodeada exclusivamente de amigos y
socios. A ello han contribuido de manera esencial nuestros amigos en América y
Europa.
Nunca
antes el sueño de los fundadores de Europa fue tan palpable y cercano: una Europa
unida en paz y libertad, económicamente fuerte, social y dispuesta a asumir más
responsabilidad en el mundo. La confianza y la fiabilidad son nuestra guía para
la unificación y el desarrollo ulteriores de nuestro continente.
Este
orden económico y social de libertad con responsabilidad es nuestro modelo para
una política de ordenamiento internacional. La globalización exige una nueva
dimensión de la economía social de
mercado, y ofrece la oportunidad de
establecer estándares sociales y ecológicos a nivel global.
Ante
los desafíos del siglo XXI se necesita concebir la seguridad de una forma
nueva: en un mundo donde siempre se ciernen nuevas amenazas, esta concepción
abarca por igual la seguridad interior y la exterior. Pero también abarca la
seguridad social en el contexto de una economía globalizada y de
transformaciones demográficas, así como en lo referente a la cohesión en
nuestra sociedad y la seguridad de poder vivir, también en el futuro, en un medio
ambiente digno para la vida, que cada generación preserve para la que sigue.
Queremos
impulsar a Alemania fortaleciendo los valores
y virtudes cívicas que hicieron exitoso a nuestro país.
Nuestro ideal para Alemania es
que sea una sociedad de oportunidades, donde los ciudadanos vivan libres y
seguros. Ella representa el respeto al desempeño y al éxito. Y pretendemos su
arraigo en el centro social, para que disfruten de sus beneficios también quienes hasta ahora han estado excluidos. Las
claves para obtener mejores oportunidades en el mercado de trabajo se
encuentran sobre todo en oportunidades de formación iguales y en continuar
aprendiendo durante toda la vida.
Nuestras
convicciones éticas y nuestra rica experiencia nos dan la fuerza y la sensatez
política para conformar a la República Federal de Alemania en el espíritu de la
libertad, de la justicia, de la seguridad y como oportunidad para todas las
personas. Con este fundamento actuamos en común con las y los ciudadanos en
nuestro país a favor de un buen futuro.
I.
DEMÓCRATAS
CRISTIANOS
1.
QUIÉNES
SOMOS-IMAGEN DEL HOMBRE Y VALORES FUNDAMENTALES DE LA CDU
El partido popular de centro
1. La
Unión Cristiano-Demócrata de Alemania es el partido popular de centro. Se
dirige a todas las personas de todos los estratos y grupos sociales en nuestro
país. Nuestra política se basa en la comprensión cristiana del hombre y su
responsabilidad ante Dios.
2. La
comprensión cristiana del hombre nos proporciona el fundamento ético para una
política responsable. Sin embargo, estamos conscientes de que de la fe
cristiana no se deriva ningún programa político determinado. La CDU está
abierta a toda persona que reconozca la dignidad, la libertad, y la igualdad de
todos los seres humanos, y que afirme las convicciones básicas que de ello se
desprenden. Sobre este fundamento se erige nuestra actuación colectiva en la
CDU.
3. La
CDU fue fundada por ciudadanos y ciudadanas que, después del fracaso de la
república de Weimar, de los crímenes del nacionalsocialismo y ante la
pretensión de dominio comunista después de 1945, querían construir el futuro de
Alemania con un partido popular de carácter cristiano. A él se sumaron
cristianos católicos y evangélicos,
mujeres y hombres de todas las regiones y estratos sociales. La CDU tiene
raíces conservadoras, liberales y socialcristianas. Con base en las
convicciones de valores que compartimos, miembros de la CDU participaron
activamente en el Consejo Parlamentario para elaborar la Constitución, y por
decenios determinaron las decisiones políticas fundamentales en la parte libre de Alemania. Por ejemplo, la economía social
de mercado, todas las leyes sociales importantes, la integración de la
República Federal de Alemania a la comunidad occidental de valores y de
defensa, y la unificación de Alemania y de Europa. En la parte de Alemania bajo
ocupación soviética, esto le fue impedido a la CDU.
4. Los
fundamentos intelectuales y políticos de la CDU se encuentran en la ética
social de las iglesias cristianas, en la tradición liberal de la Ilustración,
en el cuidado de las obligaciones
apegado a los valores, y en el comportamiento de que el Estado no debe
ser todopoderoso; asimismo, en la oposición por motivos cristianos y
patrióticos al nacionalsocialismo. A la identidad de la CDU pertenecen también
la revolución pacífica de 1989, que venció a la dictadura comunista de la RDA,
y la reunificación de nuestra patria. Los logros y las experiencias de las
ciudadanas y los ciudadanos de los
nuevos estados federados enriquecen a nuestra comunidad, y enriquecen a la CDU.
La Unión Cristiano-Demócrata de Alemania es el partido de la unidad alemana.
La imagen cristiana del hombre
5. Para
nosotros, el hombre es creado por Dios a su imagen y semejanza. De manera
consecuente con la imagen cristiana del hombre, hacemos profesión de su
dignidad inviolable. Todos los seres humanos tienen la misma dignidad,
independientemente de su sexo, color de piel, nacionalidad, edad, convicción
religiosa y política, discapacidad, salud y capacidad de rendimiento, de sus
éxitos o fracasos y del juicio de otros.
Respetamos a cada ser humano como persona única e indispensable en todas las
fases de la vida. La dignidad del hombre –también del no nacido y del
moribundo- es inviolable.
6. De
la dignidad del hombre se origina su derecho al libre desenvolvimiento de la
personalidad, y al mismo tiempo la responsabilidad ante el prójimo. El hombre
posee la libertad de decidir moralmente. Según la comprensión cristiana, el
hombre tiene responsabilidad ante Dios y ante su propia conciencia, y está
vinculado en comunidad con sus semejantes.
7. Cada
persona está expuesta al error y la culpa. Por ello se han puesto límites a la
capacidad planificadora y edificadora de la política. Este enfoque nos protege
de doctrinas ideológicas redencionistas y de una concepción totalitaria de la
política. Asimismo, genera disposición para la reconciliación.
8. Concebimos al hombre como parte de la
Creación. No le corresponde disponer a su antojo de la naturaleza, que nos ha
encomendado para configurarla y preservarla. Somos responsables de cómo
habremos de transmitirla a las generaciones por venir.
9. En
esta imagen del hombre se basan los fundamentos de los Estados de derecho y
constitucionales democráticos. Esto se aplica también para quienes no derivan
de la fe cristiana la dignidad, la igualdad y la libertad del hombre.
Nuestros valores fundamentales son: libertad, solidaridad y justicia
10. Nuestra
comunidad vive de acuerdo con fundamentos espirituales que ni son evidentes ni
están garantizados para siempre. Es obligación especial que la CDU ha asumido por
iniciativa propia la de preservar y fortalecer las bases de los valores que
caracterizan al cristianismo de nuestra democracia liberal. Estos constituyen
la medida y la orientación de nuestro actuar político. De ellos se derivan
nuestros valores fundamentales: libertad, solidaridad y justicia. Estos valores
se necesitan, se delimitan y se complementan mutuamente, y tienen el mismo
rango. Configurar su peso específico y su interrelación de manera conveniente
es nuestra tarea y asunto medular en el debate político. Los valores
fundamentales son, al igual que los derechos humanos, indivisibles; tiene la
misma validez universal y se aplican más allá de nuestras fronteras nacionales.
Libertad
11. El
hombre fue creado libre. Como ser moral debe decir y actuar de manera razonable
y responsable. Incluso un sistema totalitario es incapaz de privarle de su
libertad interior. La libertad del otro condiciona y limita la libertad propia.
Quien reclama la libertad para sí mismo tiene que reconocer la libertad de su semejante.
La libertad es siempre libertad con responsabilidad. Corresponde a la política
garantizar a los hombres el espacio de libertad necesario y obligarlos a
cumplir con la sociedad.
12. El
hombre se desenvuelve en la comunidad. Quien se desliga de sus obligaciones
ante su prójimo no libera su vida, sino que la hace mezquina y solitaria. Así
como existen dependencias que rebajan a las personas, también hay vínculos
necesarios para que la libertad se desarrolle.
13. El
derecho garantiza la libertad al proteger la dignidad humana. Norma la
convivencia ordenada y pacífica de los hombres. Son admisibles las
restricciones a la libertad siempre y cuando sean precisas para salvaguardar la
libertad. La realización de la libertad requiere de justicia social. Las condiciones
bajo las cuales vive el hombre no deben obstaculizar la libertad. Toda persona
debe tener la oportunidad de determinar por sí misma su vida. Los logros y la
propiedad deben ser respetados y protegidos. Los fundamentos materiales de la
libertad deben estar garantizados.
14. La
libertad hace posible la construcción de la vida asumiendo la responsabilidad
propia, y necesita que así sea. Por lo tanto la vida social debe ordenarse
según el principio de la subsidiaridad: aquello en lo que el ciudadano se
desempeñe mejor, o simplemente bien, ya sea solo, en familia o en libre
cooperación con otros, debe mantenerse como su cometido. El Estado y las
entidades municipales deben asumir tareas únicamente si los ciudadanos en
particular, o en su caso las comunidades más pequeñas, son incapaces de
llevarlas a cabo. El principio de la subsidiaridad se aplica también en
comunidades de mayor y menor tamaño, así como entre asociaciones libres e
instituciones del estado. La subsidiaridad exige que las comunidades más grandes,
incluso en la esfera estatal, entren en
acción cuando las necesidades socio-políticas rebasen la capacidad de los
individuos o de las comunidades de menor tamaño.
15. La
libertad se realiza en la vida práctica a través de la auto-responsabilidad y
de la co-responsabilidad. El ciudadano debe experimentar y vive en libertad en
la familia, el vecindario, el mundo laboral y el tiempo libre, así como en su
comunidad y en el Estado. Debe participar y compartir responsabilidades, elegir
y decidir. No debe ser orillado a asumir el papel de tutelado, ni debe ser
rebajado a mero receptor de prestaciones estatales. Un criterio autónomo y la cooperación responsable lo
protegen de la seducción por ideologías. Es nuestra pretensión fortalecer el
espíritu de responsabilidad y de
bienestar común, de obligaciones y virtudes cívicas.
16. El
desempeño personal forma parte del libre desenvolvimiento de la persona. El
hombre posee dignidad y derecho independientemente de lo que lleve a cabo, pero experimentar la propia
capacidad para desempeñarse constituye
una fuente importante de su fuerza vital. El rendimiento es un impulso
indispensable. Por lo tanto, es preciso fomentar la voluntad de rendimiento
personal y de iniciativa, trátese o no de conseguir ingresos. Sin desempeño
personal ninguna sociedad es capaz de prosperar, ni de alcanzar ni conservar el
bienestar.
17. Parte
de la libertad implica la disposición de comprometerse con ella y defenderla
hacia afuera y hacia dentro. Hacemos profesión de una democracia y de una
legalidad con capacidad de defenderse. Quien es libre tiene la obligación de
comprometerse por la libertad de aquéllos a quienes se les escatima la
libertad. La libertad no debe estar restringida a pocos pueblos o grupos
sociales. Queremos la libertad para todos los seres humanos, y es para ello que
ofrecemos nuestra contribución.
Solidaridad
18. La
solidaridad es un precepto del amor al prójimo, y corresponde a la condición
social del hombre. El objetivo de posibilitar una vida digna para todos nos
obliga a actuar solidariamente. La solidaridad debe aplicarse sobre todo con
aquellas personas que aún no tienen la capacidad de generar para sí mismas las
bases de una vida libre, con las que ya no la tienen, o con las que dejan de
tenerla por un periodo prolongado.
19. Toda
persona tiene derecho a la solidaridad y obligaciones con respecto a ella, y
contribuye con su trabajo y su desempeño a que la comunidad pueda interceder
por el individuo. Nos declaramos partidarios de esta responsabilidad recíproca.
Formas elementales de solidaridad son la ayuda
y el respaldo en la convivencia directa y personal; en la familia, entre
amigos y vecinos y en comunidades de particulares. Sin embargo, en cualquier
ámbito donde las fuerzas del individuo se vean rebasadas, la comunidad y el
estado tiene la obligación de ayudar.
20. La
seguridad social descansa en el concepto fundamental de la solidaridad. De
manera colectiva se protege de riesgos que el individuo solo no puede superar.
No se dispensan limosnas ni una manutención gratuita, pero sí se posibilita una
vida con garantías sociales. Quien ejerce la solidaridad está dispuesto a
renunciar a algo. Quien confía en la solidaridad del Estado tiene también
obligaciones ante el Estado. La seguridad social tiene un efecto pacificador y
liberador. La solidaridad exige que no se abuse del sistema de garantías
sociales.
21. La
solidaridad requiere de la subsidiaridad. la subsidiaridad requiere que se
actúe con responsabilidad propia. El Estado debe posibilitarle y facilitarle al
ciudadano este proceder. La solidaridad nos compromete ante las generaciones no
lograremos ninguna justicia transgeneracional. Todas las decisiones políticas
tienen que cumplir con esta responsabilidad. No debemos vivir a expensas de
nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos. Tampoco podemos vivir a costa
de nuestros semejantes en otras partes del mundo. Nos manifestamos en pro de
una solidaridad mundial de la comunidad de las naciones. Sin ella será
imposible superar la brecha entre pobres y ricos, lo mismo que preservar la
Creación.
22. La
solidaridad nos compromete ante las generaciones futuras. Sin la solidaridad
entre las generaciones no lograremos ninguna justicia transgeneracional. Todas
las decisiones políticas tienen que cumplir con esta responsabilidad. No
debemos vivir a expensas de nuestros hijos y nietos. Tampoco podemos vivir a
costa de nuestros semejantes en otras partes del mundo. Trabajamos por una
solidaridad mundial de la comunidad internacional. Sin esa ni se podrá superar
la brecha entre pobres y ricos, ni preservar la creación.
Justicia
23. El
fundamento de la justicia es la igualdad de todos los hombres en su dignidad y
libertad conferidos por Dios. La justicia vela por esta dignidad y libertad. La
justicia exige igualmente lo igual y desigualmente lo desigual. En el Estado de
derecho, justicia significa el mismo derecho para todos. El derecho protege de
la arbitrariedad y del abuso de poder. Garantiza la libertad también para el
más débil.
24. La
creación de oportunidades justas es el complemento necesario de la igualdad
ante el derecho. Todas las personas deben tener las mismas oportunidades de
desenvolverse con libertad y según corresponda a sus capacidades individuales.
Abogamos para que todo ser humano pueda aprovechar sus oportunidades en la vida
de una manera libre y responsable. Para ello, la sociedad de oportunidades
plantea las condiciones y las posibilidades. Esta se desarrolla con base en una
distribución lo más equitativa posible de las oportunidades de vida. Esto exige
oportunidades iguales al inicio de los procesos formativos y al ingresar al
mundo laboral. Lo que corresponde no es negar las diferencias en los talentos
personales de los individuaos. Lo que pretendemos es abrir oportunidades
iguales, no prometer los mismos resultados.
25. La
justicia exige una distribución adecuada de las cargas. Por tanto es justo que
los más fuertes realicen una mayor contribución a nuestra comunidad, que los
más débiles. Incluso al realizar nuestro máximo esfuerzo por lograr más
justicia en nuestra sociedad, sabemos que justicia absoluta es inalcanzable.
Nos sentimos especialmente obligados hacia los débiles y los socialmente
desfavorecidos. Nadie debe perderse en el camino, a nadie debemos olvidar.
26. Donde
se menosprecia el derecho del hombre a una vida digna, donde se reprime la
libertad de los individuos, de determinados grupos o de pueblos enteros, ahí
imperan la violencia y la discordia. Abogamos por el respeto de los derechos
humanos y cívicos, y por derrotar a la miseria social y económica. Con ello
hacemos una contribución a la paz entre los pueblos y a favor de un mundo más
justo.
2.
NUESTRA
IMAGEN DE SOCIEDAD
27.
Los fundamentos espirituales de nuestra unión
cristiano-demócrata nos capacitan para superar los desafíos del presente y del
futuro. Justo en tiempos de transformación, la política puede sentar las bases
necesarias para liberar las fuerzas en la sociedad y en el Estado que den
respuestas a cuestiones apremiantes. Nuestra política para Alemania aspira a
una sociedad que garantice libertad a cada persona y que vincule a todos bajo
la conciencia de la pertenencia mutua y recíproca de todos.
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