martes, 20 de octubre de 2015

El Sentido Integral de la Seguridad, su situación en América Latina

CULTURA DEL ENCUENTRO
CORRIENTE DE OPINIÓN DEMÓCRATA CRISTIANA
EL SENTIDO INTEGRAL DE LA SEGURIDAD
SU SITUACION EN AMERICA LATINA

Introducción – Primeros conceptos
Para adentrarnos en el desarrollo del tema, debemos primero considerar antecedentes y conceptos que nos guiarán hacia su desenvolvimiento 
Desde los tiempos de la organización política de los pueblos, ha sido el Estado el organizador y monopolizador de la seguridad, a través de sus instituciones jurídicas y políticas. De allí su estrecho vínculo con la defensa del territorio y como único poseedor de la facultad legal del uso de la fuerza. Pero tomado esto en sentido tan solo normativo y disociado de los destinatarios definitivos, es decir, los ciudadanos, presenta precisamente la ausencia del componente humano, siendo que para los demócratas cristianos resulta fundamental la centralidad del ser humano. De allí también el sentido integral del concepto, al cual concurren la libertad de expresión, las libertades religiosas, las libertades políticas y económicas y el desarrollo integral que libera al ser humano del drama de la pobreza. 
Por lo tanto, al concepto tradicional que asociaba la seguridad únicamente con la soberanía y el resguardo territorial, se incorporan las ideas que refuerzan y cierran aquella noción, incorporando al criterio de seguridad la necesidad de derrotar la pobreza, con sus consecuentes dramas de salud y alimentación, ausencia de vivienda y trabajo; para la búsqueda de la equidad y el desarrollo con libertad, condiciones indispensables en la búsqueda de la dignidad humana. 
Con ello queremos decir, que el concepto de seguridad no representa un compartimento estanco, sino que debe, necesariamente, analizarse en forma integral, pues más allá de la criminalidad común, existen factores sociales que confabulan contra la estabilidad de las naciones. Por ello resulta de vital importancia completar el círculo, tomando en consideración las situaciones sobre seguridad económica, ambiental, de salud, seguridad alimentaria, las seguridades individuales, sociales y políticas. 
Atento a lo dicho hasta aquí, consideramos que la seguridad no puede escindirse de un carácter humano, por lo tanto, es necesario hablar de la seguridad humana, que tiene como finalidad la protección integral de las personas, de modo de buscar la realización del bienestar con libertad, sin necesidades estructurales insatisfechas y en un marco de equidad y ausencia de condiciones discriminatorias que denigran la condición humana. Por lo tanto, la contracara de esto está dada por la pobreza; el hambre; las enfermedades y la desnutrición; la violencia doméstica y el trabajo infantil; la contaminación ambiental y los desastres naturales; el terrorismo; la criminalidad vinculada al narcotráfico, las pandillas, secuestros extorsivos y trata de personas; y la violencia política. 
Esto significa que el drama de la seguridad, es un drama humano más que de Estados, porque además, estos dramas combinados son un cóctel explosivo que socaban la estructura cultural, jurídica y política de los Estados, con lo cual el enfoque para su análisis debe ser integral, teniendo en cuenta el contexto social, económico y político del país y de la región para encarar acciones públicas adecuadas.


Situación en América Latina
América Latina cuenta con una población total de aproximadamente Seiscientos Dieciocho Millones de habitantes y por su extensión, presenta una gran diversidad geográfica y biológica, con amplios recursos minerales, alimenticios y energéticos. Y no podemos dejar de mencionar un recurso muy importante: el agua; al cual los analistas políticos internacionales le asignan el ser fuente de futuros conflictos armados. 
Desde el punto de vista geopolítico, con la expresión “América Latina y el Caribe” se identifica a todos los territorios del hemisferio occidental cuyas extensiones se encuentran por debajo de los Estados Unidos.
Las sucesivas inestabilidades políticas de la región, han dado como resultado la instalación de modelos económicos diversos, impidiendo la extensión regional de un criterio más uniforme. Ello queda evidenciado en la actualidad con la diferencia entre los Estados que han celebrado la Alianza del Pacífico y quienes se mantienen dentro del Mercosur. 
En cuanto a la composición de su población, la mayor parte está representada por jóvenes, aunque se advierte una tendencia típica de países desarrollados en cuanto a la reducción de natalidad y el consecuente envejecimiento de la población. A su vez, debe considerarse el auge hacia una mayor población urbana, en desmedro de las rurales. Se calcula que aproximadamente el 82% de su población reside en centros urbanos, aumentando la población metropolitana en ciudades como San Pablo, Río de Janeiro, Ciudad de México, Buenos Aires, Lima, Santiago y Caracas. En la medida en que los países son más pobres, es mayor la población rural, como en Haití o República Dominicana. También resulta notable la diversidad étnica de su población, en función de las distintas inmigraciones recibidas en su historia y de las migraciones actuales, que modifican la composición social histórica de algunos países. Sobre esa población, el 90% son cristianos, de los cuales el 66% es católico; y el 24% protestantes. 
A continuación, se analizarán distintos factores. 

Educación
Con respecto a la educación, persisten altos niveles de desigualdad para el acceso a la instrucción pública, mostrando a importantes sectores de su población que no saben leer y escribir. Según un informe internacional realizado en 2013, se destacaron en matemáticas Chile, México y Uruguay; en ciencias, Chile, Costa Rica y Uruguay; y en lengua, Chile, Costa Rica y México. Según algunos estudios, se calcula que 15 millones de niños entre 3 y 6 años están sin escolarizar; de los cuales a su vez el 7% se encuentra con diferentes grados de desnutrición. En algunos países es notorio al aumento de estudiantes que llegan al nivel universitario con escasa habilidad para la comprensión de textos, lo que genera también un menor índice de graduados. En el ámbito universitario, se destacan Brasil, Chile y México, pues poseen un sistema universitario más complejo.


Salud
Otro tema que revela el drama humano es el de la salud, pues la desigualdad en el acceso y la calidad recibida es muy notoria. Los niveles de pobreza existentes hacen que la brecha sea muy profunda. La desnutrición y la tasa de mortalidad infantil son muy elevadas en algunos países de la región. En algunas naciones, el envejecimiento de la población, el escaso o mal distribuido gasto público y la desatención de los pobres, aumentan los problemas en la atención y protección de la salud de sus habitantes. Aquellos países con menores ingresos, menor alfabetización, menor acceso al agua potable y un entorno familiar de indignidad humana, poseen un mayor índice de mortalidad infantil. Es decir, a menor ocupación política en la modificación del entorno social de las poblaciones más vulnerables, mayor será la consecuencia de mortalidad, especialmente la infantil. 
También debemos prestar atención a la mortalidad materna, especialmente por bajos niveles sociales, en situaciones vinculadas con falta de acceso a la instrucción en la planificación familiar, en la prevención de embarazos, en la desnutrición y abortos. A ello se suma el drama humano del embarazo adolescente, que es muy alto en países más pobres, con niñas y adolescentes que comienzan a ser madres a partir de los 12 y 13 años de edad. Como estos embarazos se producen en situaciones de marginalidad, los niños allí nacidos serán también habitantes de sectores signados por el mismo drama social. 
Sobre las enfermedades, un informe de la CEPAL de 2010, daba cuenta de que siguen siendo muy altos los riesgos de VIH, Paludismo, Tuberculosis, Cólera y Mal de Chagas, que en muchos casos son enfermedades secundarias asociadas a la desnutrición. 
En síntesis, el problema de fondo sigue siendo la falta de acceso y la inequidad en la atención de la salud.

Pobreza
La pobreza es el otro factor humano relevante en América latina. Según un informe de la CEPAL, América Latina es la región con mayor desigualdad del mundo. El crecimiento económico en algunos países, no ha logrado trasladarse hacia mejoras sociales básicas dejando todavía desamparado a un amplísimo sector de la población latinoamericana. 
Se estima que en América Latina, 71 millones de personas viven en la pobreza, que se amplía al tomar en cuenta aquellos grupos que si bien cuentan con algún ingreso, resultan insuficientes para una canasta básica alimentaria. En ese caso, se llega a un número de 180 millones de pobres. 
El Problema Alimentario
Íntimamente vinculado con la pobreza y la salud, se encuentra otra tragedia, representada por la desnutrición, en algunos casos, y la mala alimentación en otros. Paradójico, si se tiene en cuenta que en América Latina se producen millones de alimentos. Es decir, no es la disponibilidad de alimentos la causa de este drama, sino su injusta distribución. Se estima que 7,5 millones de niños presentan baja talla para la edad y unos 4 millones tienen bajo peso. Obviamente que a mayor vulnerabilidad social, mayor será el índice de subalimentación y desnutrición, de madres y niños. Por supuesto, las consecuencias más directas de este problema son las enfermedades asociadas al hambre, que a su vez provocan limitaciones físicas y mentales en quienes las padecen. 

La Situación Ambiental
De acuerdo a las regiones que se examinen de América Latina y el Caribe, encontramos diversos problemas relacionados con la deforestación, que afecta la productividad en importantes sectores, como por ejemplo, en la agricultura. También la pesca indiscriminada y la contaminación, atentan contra los recursos llamados hidrobiológicos. Con respecto al agua, si bien en esta región de América hay cierta abundancia al respecto, se presentan problemas en cuanto a su disponibilidad, sobre todo en lugares de mayor pobreza. A ello debemos agregar la contaminación hídrica, el agotamiento de recursos como consecuencia del aumento demográfico hiper concentrado, como también los efectos del cambio climático. A la par de este problema, la degradación del medio ambiente afecta también a los suelos, perjudicando la productividad y las funciones ecológicas. 
La contaminación atmosférica es otra situación grave, que ocasiona enfermedades crónicas respiratorias y millones de pérdidas económicas, en atención de la salud y días laborales perdidos. Tampoco hay aún un manejo adecuado de los desechos sólidos, con mucha concentración demográfica en áreas urbanas, mayor concentración vehicular por deficientes transportes públicos y reducción de espacios verdes. 
Como consecuencia de estos malos manejos que conllevan al cambio climático, la región de América Latina y el Caribe presenta con frecuencia desastres naturales, sean sismos, erupciones volcánicas, tornados, huracanes, lluvias y tormentas que derivan en inundaciones y aludes, sequías e incendios forestales.


Desempleo y Ausencia de Actividad Productiva
Conforme a un informe de la OIT, el índice de desempleo en América Latina es muy elevado, con diferentes porcentuales según los países y las épocas. Si bien en algunos casos hubo una disminución en los índices de desempleo, aún continúa siendo una situación humana muy preocupante, pues se asocia a la marginalidad y la búsqueda de oportunidades en actividades ilícitas. 
A ello debemos agregar la ausencia de alguna actividad productiva en muchos jóvenes, que están representados por quienes no estudian ni trabajan, sumado a quienes lo hacen en condiciones precarias. 
Educación, salud y empleo, son factores indispensables para que la población pueda acceder a mejores niveles de vida. Aquellos pueblos que cuentan con buen nivel educativo y buena salud, tienen mayores posibilidades de mejores empleos y desarrollo humano integral. 
De la mano de estos factores, se halla el de los derechos humanos. Lograda una mayor estabilidad política en la región, estos derechos se fueron consolidando y extendiendo, tanto en los derechos de la mujer, los niños, niñas y adolescentes, los de las minorías y el derecho al trabajo digno. Estos datos no esconden, sin embargo, los altos niveles de desigualdad y criminalidad, de la que son víctimas las mujeres, niños y adolescentes; sea por violencia doméstica y de género, como por la trata y el narcotráfico.


La Seguridad Individual
Las situaciones descriptas sucintamente, no pueden escindirse del problema de la seguridad individual de los ciudadanos, pues influyen en forma directamente proporcional, que si bien no deben emplearse como excusa, sin duda son caldo de cultivo para todo tipo de actividades ilícitas; pues a mayor grado de instrucción pública, salud, alimentación y trabajo digno, menores serán los índices y niveles de violencia social, porque cuando los ciudadanos tienen garantizados los goces de sus derechos humanos y las instituciones aseguran el dominio sobre las situaciones que amenazan esos derechos, el control social será mayor y más eficiente. 
Sin embargo, debido a las condiciones mencionadas y la incapacidad para generar políticas públicas destinadas al desarrollo integral con pleno respeto por la ley, han desembocado en situaciones casi incontrolables, con el aumento de pandillas y el narcotráfico; actividad esta última que no deberíamos calificar como “negocio”, pues negocio debe ser algo lícito y legítimo moralmente. En este punto, América Latina tiene una cuenta pendiente, por su incapacidad para resolver los problemas estructurales de pobreza y marginación, con sus consecuentes dramas de desorden social y desapego por la vida humana. 
Hay que tener presente, que la región es la mayor productora de cocaína del mundo, a la vez que se ha ido incrementando la producción de drogas sintéticas, que movilizan decenas de miles de millones de dólares por año; corrompiendo a instituciones políticas, policiales, militares y judiciales. Ello ha provocado, también, un aumento de la criminalidad violenta, casi sin precedentes en varios países de la región. Como anexo de este tipo de criminalidad, se encuentran la trata de personas, la prostitución, la pornografía infantil, el robo de automóviles, robo de transporte con mercaderías, secuestros extorsivos; y demás delitos vinculados a la violencia física. 
Una idea interesante a tener en cuenta, sería la creación de una Corte Penal De América Latina y el Caribe, para perseguir y castigar delitos inter jurisdiccionales, como la trata de personas, las redes de pedofilia y el narcotráfico. Y también el terrorismo. 
Corresponde también analizar el costo que insume el control de la delincuencia, pues la seguridad ciudadana necesita de muchos recursos, humanos y económicos, ya que se relacionan con el cuidado de la salud de las víctimas de violencia, la interrupción de vidas, en el sentido productivo y moral; y el deterioro en la calidad de vida que se deriva del miedo y el terror.


Conclusiones
Las distintas amenazas hacia la seguridad en América Latina y el Caribe, se vinculan con la capacidad o incapacidad de sus gobiernos para resolver las profundas inequidades sociales y de oportunidades de progreso de su población, sin que tales diferencias sean utilizadas como excusa para implantar regímenes autoritarios y sin que la democracia republicana pierda su esencia, pero a su vez, planteando seriamente a cuánta más desigualdad, injusticia y violencia puede sobrevivir la democracia de la región, cuando el crimen organizado, el terrorismo y el narcotráfico pasan a dominar el territorio. La ausencia de un Estado eficiente para mostrar resultados que reviertan las situaciones en los factores antes mencionados, vinculados con la seguridad educativa, de salud, económica y social, sumado al aumento de la criminalidad en sus diversas facetas, implican que el Estado pierda su carácter político, dejando cada vez más una mayor cantidad de territorio fuera de la ley; siendo la norma la herramienta fundamental para el estado de derecho de las naciones y su estabilidad jurídica y política. Todas las cuestiones señaladas, socavan la seguridad política de la región, dejando a gran parte de América Latina y el Caribe en una grave situación de inestabilidad democrática, afectando las posibilidades reales de desarrollo económico y social. 
Los gobiernos son los primeros responsables del respeto a la ley y a la forma republicana de gobierno, con división de funciones e independencia absoluta de la función judicial, asegurando la libertad política y transparencia en los procesos electorales. Un gobierno que no da ejemplaridad, se traduce en un Estado sin gobernabilidad; porque gobernar no es imponer desde el autoritarismo, sino asegurar los beneficios de la libertad, con el objetivo de fortalecer la unión afianzando la justicia, para poder consolidar la paz y así poder proveer, desde un Estado democrático y republicano, la debida defensa común de sus habitantes. Los ciudadanos, además del derecho de tener gobiernos que surjan de elecciones libres, también tienen el derecho de que las decisiones de gobierno se ajusten a la libertad democrática y republicana; es decir, que los gobiernos cuenten con legitimidad de origen y también de ejercicio en sus funciones. 
Estos son los desafíos que América Latina y el Caribe tienen en este tiempo, en diversas situaciones sobre las que henos hecho aquí una descripción, instando a los gobiernos de toda la región a encarar el drama humano de la seguridad con un criterio integral, porque las tragedias humanas de pobreza y marginalidad, falta de instrucción, hacinamiento y promiscuidad que conllevan a la ausencia de perspectiva de vida digna, degradan el respeto por la vida; propia y ajena, lo que a su vez es aprovechado por el crimen organizado y el terrorismo. 
Esta es la situación actual y la tarea que en América Latina y el Caribe se debe encarar. Corresponde a toda la sociedad involucrarse en ello, fundamentalmente a los partidos políticos y a los gobiernos. En especial, a aquellos que manifiestan una inspiración humanista y cristiana.-








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